Durante la semana del 25 de Mayo he tenido la ocasión de asistir a las jornadas de actualización de Incisex, La noción de sujeto sexuado en la infancia y la adolescencia. Ajustes y excesos en identidad sexuada y transexualidad.
Debido a la situación actual y la COVID-19, las jornadas han sido en la modalidad online con documentación de lectura de Mónica de Celis y Samuel Díez Arrese, foro de preguntas y respuestas a los ponentes y una jornada de chat con el equipo para conocer el modelo de intervención en estas situaciones. Todo esto durante una semana, finalizando en la jornada de sábado con el trabajo en común en el chat.
Con respecto al formato, reconozco que yo me sentiría más cómoda en una plataforma online algo más actualizada pues el foro me ha resultado poco práctico y el chat tiene un formato antiguo, pero el modo de trabajo, (documentación, foro, chat) me ha parecido muy completo. El chat sin imagen hace que se pierdan cosas y creo que dificulta la moderación de los participantes corriendo el riesgo de que al final, hayas pagado por escuchar a un experto y acabes escuchando casi más a otros compañeros contando sus opiniones.
¿Cuál ha sido la documentación facilitada?
Un total de tres ponencias que me han resultado de mucho valor. Dos de Mónica de Celis sobre los diferentes modelos de intervención psicológica en identidad de género con la presentación del CIE-11 y las polémicas por investigaciones sobre bloqueadores puberales. Aunque ambas han sido muy interesantes, ha sido en el foro contestando preguntas donde ella me ha gustado especialmente.
Samuel Díez Arrese nunca defrauda teorizando y su ponencia La noción de sujeto sexuado en sexología: ajustes y excesos en identidad sexuada y transexualidad me ha aclarado y dado mucha información y además, de manera ligera y nada densa, (cosa no siempre habitual en él). Recorrido por las nociones de masculino y femenino, los sujetos/rasgos sexuados, dar un paso más en la teoría de la intersexualidad, la sexuación biográfica, centrarnos en los “quiénes y en los cómos” enfocándolo todo a un modo concreto de intervención con las familias que se mueve en la noción de sujeto sexuado y en la crianza, y es ahí donde quiero centrar la atención.
Y el sábado, todo el día trabajando en grupo
Una jornada para conocer el modelo de intervención del equipo de Incisex donde hemos podido evaluar dos casos desde la recogida de información que habían formulado. Pensar en qué preguntas se habían realizado, en los aspectos sexológicos y en las nociones que podemos ofrecer y hacer aterrizar en las familias. Realmente todo lleva, como explicaban en el taller, a centrarnos en conocer el contexto familiar de las criaturas, indagar en su realidad concreta a través del relato de la familia y que sean éstas las que vayan manejando una idea del sexo (que somos) algo más compleja, saliendo de los miedos y entrando en el descubrimiento mediante la curiosidad partiendo siempre desde el punto en el que esas familias están.
Y así es como me he sentido…

En total armonía con este modelo de trabajo porque se ubica en las familias dándoles la importancia que tienen y que necesitan entender los procesos de desarrollo centrándose en las características propias de su criatura y su propio modo sexuado, sin diagnósticos, comprendiendo para poder acompañarles. Tengo claro que esa es mi función como profesional, acompañar para que la crianza sea un proceso vinculante, es decir, que facilite ese vínculo familiar en el que todas las personas implicadas atiendan y entiendan sus propias necesidades, porque es precisamente ese vínculo el que genera que nuestras criaturas se sientan aceptadas y queridas.
Yo entiendo la crianza como acompañar el crecimiento y desarrollo de las criaturas y a la vez autodescubrirse como madre y padre desde esa tarea de criar. Un proceso de crecimiento mutuo entendiendo nuestras singulares maneras de estar en el mundo y en este caso, la manera de estar en el mundo de esa niña o niño en concreto, como el niño o niña que es, porque no hay un único modo de serlo. Poner la crianza en el centro significa poner los cuidados en el centro y eso finalmente, es poner en el centro la vida. Trabajar la sexualidad, los modos de vivirnos como hombres y mujeres, niñas y niños, desde los cuidados. No siento que haya modo mejor de hacerlo.