
Y hoy, 4 de septiembre, se celebra desde hace ya unos años el Día de la Salud Sexual. Yo no tengo muy claro si lo celebro o no porque fiesta como tal no hago, ni tampoco la reivindico en especial. Es más, la miro de reojo. Sí, soy sexóloga y miro de reojo esto de la salud sexual.
La OMS define la salud sexual como
un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad. Requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia
Y yo al leer esto, siento que no hablo el mismo idioma. ¿A qué nos referimos aquí cuando hablamos de “sexual” o “sexualidad”? Porque yo lo que siento es que se refiere a coital o genital, pero yo de lo que hablo es de lo que somos, los sexos que somos y cómo nos relacionamos.
Verme hablando de salud sexual me coloca en la prevención y siento que ese no es mi lugar porque yo trabajo desde la educación. Lo gordo es que cuando nos movemos desde la educación conseguimos también un bienestar y relaciones satisfactorias y seguras, pero además conseguimos muchas más cosas. Cuando nos movemos desde la educación sexual, la de los sexos, estamos trabajando en positivo, en generar, crear, crecer, pero cuando nos movemos desde la prevención, trabajamos para evitar. Podría parecer lo mismo, pero equipararlo es igual que cuando creemos que lo urgente es lo importante y entonces solo vamos ahí, a la urgencia. No sé a quién se lo escuché primero, lo que sí sé es que lo escuché hace muchos años mientras me formaba en Incisex.
Lo urgente no siempre es lo importante
Cuando hacemos educación promovemos valores y la educación sexual, la de los sexos, se centra en la identidad de los sujetos, en que los hombres y las mujeres (y por ende niñas y niños, chicas y chicos) se sientan y vivan a gusto como los hombres y mujeres que son, (niñas y niños, chicas y chicos). Esto, sin duda, nos llevará en algún momento de nuestra biografía a encuentros satisfactorios y seguros como una consecuencia más, dentro de muchas otras.
Por supuesto que en la educación de los sexos en algún momento y en algunas edades hablamos de anticoncepción, de higiene, de respeto, de la amatoria…pero todo esto carece de sentido si no lo enmarcamos en los diferentes modos de vivirnos como hombres y mujeres y es por esto que al final, la educación sexual que nos encontramos generalmente en las aulas o en las leyes, la de las prácticas y la prevención es volátil, que va y viene a expensas de estadísticas, modas o suertes y sobretodo, urgencias, miserias y miedos, (el SIDA, el porno…)
La educación sexual es la educación de los sexos en relación, es co-educar, no prevenir y puede que yo me equivoque pero a mí la salud sexual me mete de lleno en la prevención.